Bollywood en Santiago de Chile, Om Shanti Om!

blog1Después de recorrer durante un mes y medio, de norte a sur, la costa atlántica de Argentina, comenzamos el mes de abril llegando a Santiago de Chile. Todo el mundo nos decía que esta ciudad no tenía nada especial y que era bastante fea, pero nos ha cautivado con sus edificios decadentes y por el ambiente en sus calles: muchos bares, terrazas, tiendas multiculturales, mercados bulliciosos donde comer por muy pocos pesos… Y por supuesto los terremotos, la bebida típica de la ciudad! 🙂

Nos alojamos en el Centro Cultural Anandamapu, un espacio enorme pintado de colores y siempre lleno de gente variopinta donde se dan talleres a casi todas las horas y de todas las disciplinas que podáis imaginar: yoga, danza contemporanea, improvisación, artes marciales, etc. Era la primera vez que se daba un taller de danza bollywood en este centro y no sabíamos cómo iba a funcionar el taller. Era un mal fin de semana porque coincidió con el festival Lollapalooza Chile y con la Maratón de Santiago, dos eventos muy multitudinarios en esta ciudad. Aun así, el taller salió adelante con dos alumnas: Alicia, una fan de ShahRukh que ha visto todas sus películas y conoce todas sus canciones; y Karen, profesora de educación física, pilates y yoga y venía porque quería aprender algo más sobre cultura india.

El ambiente enseguida fue familiar y conseguimos un clima muy relajado y divertido en clase. El taller duró dos días, y me pareció muy buena idea para presentar bollywood a personas que nunca habían bailado esta danza. El primer día sirve para ver los pasos básicos, que enlazamos en una secuencia muy sencilla. En el segundo día, las chicas estuvieron mucho más sueltas y ya pudieron aprender una pequeña coreografía. Es genial ver cómo han avanzado en un solo día, y descubrir que han ensayado en casa! 🙂

blog2Después de las clases en Anandamapu del viernes y sábado, el domingo me tocaba ir a Matucana 100, uno de los espacios culturales más conocidos de Santiago (me recordaba mucho al Matadero de Madrid!) a hacer una pequeña muestra al aire libre y un taller abierto al público. Allí sí esperaban decenas de personas bajo un sol radiante… ¡a pesar de ser domingo a las 11 de la mañana! ¡Uau! Bailé tres canciones sola y otras dos acompañada por Karen, mi alumna más valiente 🙂 qué bueno que se animara a bailar después de solo dos días de clase! Lo hizo genial y lo pasamos muy bien compartiendo escenario, ¡tenía una sonrisa enorme esa mañana!

Después de la actuación, vino el taller abierto. Lo anuncié desde el escenario y acto seguido vi a mucha gente que se alejaba… pensé que les daría vergüenza bailar y se alejaban para sentarse y mirar, como me ha pasado otras veces en España, pero nada que ver! ¡Iban a dejar a un lado bolsos y chaquetas para bailar más cómodos! Algunas chicas hasta vinieron con velos puestos. Enseñé el primer paso y el público estaba tan animado! Oía sus risas desde arriba.

blog3Había gente de todas las edades y hasta un chico que cantaba la canción. Le pregunté si la conocía y su hija le delató: «vio el vídeo en Internet!», me dijo. Todos terminaron bailando Om Shanti Om. Al terminar la clase, mucha gente se acercó a hablar conmigo. La mayoría me preguntó dónde podían aprender bollywood porque no conocían a nadie que diera clases en Santiago. Otros me escribieron por mail después para contarme sus experiencias, como Marianela, que me explica que tiene varios nietos preciosos y que todas las semanas se reúne en casa con amigas y familiares para bailar coreografías bollywood que aprende en vídeos tutoriales o de youtube. «Empiezan muy tímidas y salen felices, ¡florecen!», me cuenta. Desde aquí le agradezco que me contara su historia, ¡me encantó! ¡No pares de bailar!

Aventuras desde Centenario, ¡»barrio» de Neuquén!

tallerEn el taller que di en La Plata conocí un montón de bailarinas, profesoras y alumnas de danza india de varios lugares de Argentina. Una de ellas fue Mariana Mauad, profesora de bollywood de Neuquén, en Patagonia. En cuanto acabé el taller se acercó a mí y me dijo que le gustaría que diera una clase de bollywood en su ciudad. Miré las fechas y… ¡coincidían con nuestro viaje! Así que organizamos todo para que el 24 de marzo fuera a Neuquén, la capital de la región que lleva el mismo nombre.

Mariana me había contado que el taller sería en Centenario, «un barrio» de Neuquén, que asistirían sus alumnas y que ya lo tenía todo organizado para venir a recogerme a la terminal de autobuses y pasar ese fin de semana juntas. Lo que no sabía es que en realidad Centenario es un pueblo a 12 kilómetros de Neuquén: «¡te engañé!», me dijo entre risas; y, lo más importante, no me esperaba que me recibirían, tanto ella como sus amigos y familia, con tanta hospitalidad!

VANE 114Llegué el sábado a primera hora de la tarde y allí estaba Marian esperándome, me llevó al hotel y me dijo: «¡tienes 40 minutos para bañarte!». Todo estaba organizado para hacerme una sesión de fotos. Mariana había convocado a varios amigos: Débora me peinó y maquilló en su peluquería, y Hugo y Marías se encargaron de la fotografía. Mariana me dejó varios trajes, tikas, bindis, pulseras, pendientes… Todos estaban pendientes de que no me faltara nada y de que me sintiera cómoda: ¡majísimos y muy profesionales! Advertí a Maty, el fotógrafo, que no soy nada buena posando, pero el ambiente era tan relajado que me sentí como en casa, muy cómoda, y al final la sesión fue muy divertida! Terminamos tomando un delicioso té con azúcar con rosas y tres tortas que Mariana había encargado a su vecina: merengue, limón, frutilla, como llaman aquí a la fresa… ¡mmmmmmmm!

Después, fuimos a cenar a un restaurrante buenísimo donde probé el Deseado (parecido al vino spumante italiano), y charlar con Mariana y Hugo sobre danza. Hugo Sanhueza es profesor de belly dance y organizador del Encuentro Neuquino de Belly Dance en la Patagonia, festival de danza árabe que ha reunido durante 4 ediciones en Neuquén a bailarines y maestros de gran renombre en Argentina. Él se encarga de absolutamente toda la organización: producción, escenografía, vestuario, coreografías… ¡elijo hasta las pestañas postizas que usan mis alumnas!», dice, riéndose. Le encanta todo lo que tiene que ver con la producción de espectáculos y cuida mucho el trato con sus alumnas y bailarines invitados. «Para mí no son solo artistas, vienen a bailar pero también a conocer, es importante estar con ellos, mostrarles mi ciudad y hacerles sentir cómodos». ¡Conmigo fue tan majo que al rato de hablar con él ya parecía que nos conocíamos de toda la vida!

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Mariana me habló sobre su pasión por bollywood, que ha hecho que deje atrás la danza árabe: «¡Ya no me divierte! Prefiero poner toda mi energía en la danza india», me cuenta. Estudió con la mayoría de profesoras de bollywood de Buenos Aires y también fue a clases de Kuchipudi. Mariana me contó  que su estilo favorito de Bollywood es Lavani, la danza de Maharashtra, pero que en Argentina no hay nadie que la enseñe, así que asiste a todos los seminarios que puede de diferentes danzas indias. Lo que más me gustó de Marian es el respeto que tiene por las diferentes danzas indias y su trato con las alumnas, muy cercano. Además, se nota que ama bailar y que se divierte un montón haciendo coreografías. En resumen, una forma de vivir la danza bollywood muy cercana a la mía!

Al día siguiente di mi taller. Vinieron unas 12 alumnas de bollywood de Marian. Como ya bailaban bollywood desde hace tiempo, fue muy fácil motivarlas y hacer que siguieran la coreografía. El taller fue muy divertido, con interpretación inicial, muchas risas y la actuación estelar de Hugo 🙂 Creo que seguirán trabajando la coreografía más adelante, ¡me hace mucha ilusión!

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Hugo, su hermano y Matías me acompañaron a la estación, después de recorrer Neuquén y tomar un «lomito» (¡cómo les gusta la carne a los argentinos! jaja no había comido tanta en mi vida!) en un centro comercial desde donde se veía toda la ciudad al atardecer. Me voy de Neuquén con la sensación de haber pasado un fin de semana divertidísimo entre amigos. ¡Ojalá volvamos a vernos pronto!

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De ruta por la Patagonia argentina

IMG_3047Después de ver Ushuaia, El Calafate y el Perito Moreno (¡qué impresionante oír y ver cómo va agrietándose y cómo van desprendiéndose las capas de hielo!), me esperaban varios talleres en diferentes pueblos de la Patagonia argentina. La mayoría surgieron a raíz de gente que fui conociendo en otros talleres. El mundo de la danza india aquí es tan pequeño como en España y muchas alumnas me han recomendado escuelas, profesores… ¡todo el mundo se conoce!

La primera parada después de Ushuaia fue Esquel, una pequeña ciudad de casi 40.000 hablitantes formada por casas bajas apiladas ordenadamente en la falda de varias montañas. En la terminal de autobuses nos esperaba Nicanor, marido de Karem Boudargham, quien organizaba el taller que tenía que dar al día siguiente. Nos llevó al hostel y nos dijo que Karem estaba dando clase y que nos vendría a concer a las 21 h. Karem nació en Esquel y trabaja como profesora de danza árabe en  la Asociación Sirio-Libanesa, una local muy amplio con sala de danza, cocina y otros espacios para hacer diferentes actividades cualturales. Me contó que la comunidad siria en Esquel es grande y que en verano celebran diferentes festivales. En la asociación, ofrecen talleres muy asequibles de  danza. Además, el grupo de danza de la escuela participa de forma gratuita en todo tipo de eventos solidarios. «En algunas épocas, nos llaman de tantos lugares que bailamos todos los fines de semana!», me cuenta.

Dar clase a chicas jóvenes y acostumbradas a una danza muy distinta como el árabe a veces no es fácil. Hay que introducirlas en el estilo, expresarles cuál es la esencia de tu danza, encontrar algo que las enganche. ¡Y eso en solo 3 horas! Aunque la música bollywood, tan pegadiza; y las historias que expresa, tan alegres, son una gran ayuda! Eso me ocurrió en la clase de Esquel. A Karen le encantó la parte más clásica de la clase y el resto de chicas se aprendieron casi toda la coreografía. Además, van a intentar trabajarla más adelante para perfeccionar los pasos. ¡Genial!

Siguiente parada: Bariloche. Allí viví una situación totalmente diferente. Al taller solo se había apuntado una persona, pero ya conocía algo de danza india y estaba tan ilusionada por poder dar el taller! Lo organicé con Karina Al Naim  en la Escuela Nomade de Danzas del Medio Este. Karima me contó que sus raíces son ucranianas y que, después de bailar ballet y danza árabe, comenzó a estudiar danzas gitanas. Estudió flamenco, danzas balcánicas e incluso un poco de Kalbelia. Le interesa mucho la danza india y tomó clases de bharatanatyam con Laura Gallucci. Ahora, organiza talleres puntuales de bollywood en su escuela con Manisha Cauhan.

En el taller estábamos como en familia y la alumna, Brenn, puso toda su atención y empeño en sacar la coreografía. Hizo un viaje de casi dos horas solo para venir al taller, ¡cuando me enteré no podía creérmelo! Tenía muchas ganas de aprender. Baila árabe desde hace 10 años con Ami Sosa, de Ushuaia, y le gustaría algún día enseñar ella también. «Cuando me reciba», me cuenta.

Después del taller, fuimos las tres a tomar algo y estuvimos un buen rato chralando sobre danza. Sigo recopilando entrevistas a profesoras y alumnas de danzas indias y estoy aprendiendo un montón sobre danza, pedagogía, estilos, formas de estudiar y vivir el baile. ¡Un lujo!

Ushuaia: bollywood en el fin del mundo

ImagenUshuaia es un lugar fascinante y desolador al mismo tiempo. Es la ciudad del fin del mundo, la más meridional del planeta y la más cercana a la Antártida. Para llegar allí, hay que coger un autobús que, durante 12 horas, entra y sale de Argentina dos veces (con cuatro pasos fronterizos y sus trámites) y atraviesa en un transbordador el Estrecho de Magallanes. ¡Toda una aventura!

Aislada y solitaria, Ushuaia crece con sus calles casi verticales entre montañas nevadas y multitud de lagunas. Las casas de colores o madera con tejados casi puntiagudos me recuerdan a algunas fotos que he visto de los países nórdicos. La gente nos cuenta que los inviernos aquí son duros y que, durante algunos meses, hay pocas horas de luz. Hay poco que hacer en la ciudad: la aventura está fuera, en el monte y el Parque Nacional de Tierra de Fuego, donde puedes hacer multitud de senderos y practicar deportes de invierno como ir en trineo tirado por perros.

En este lugar recóndito, me esperaba Amy Sosa (Amani Bellydance), profesora de danzas árabes y apasionada de la danza india. Amy es de Tucumán, al norte de Argentina, pero hace ya más de 10 años que vive en Ushuaia. Durante la semana, trabaja como profesora en una escuela y los sábados da clases de danza a niñas y adultas en un gimnasio que alquila. Amy se queja de la falta de profesoras de danza india que hay en Ushuaia. Aquí no hay nadie que baile esta danza. Hace un tiempo, se había interesado por bollywood y había sentido que esa era la danza que quería hacer. Fue a Buenos Aires a formarse durante un tiempo, hasta que se dio cuenta de que no podía mantener ese ritmo (Buenos Aires está a 3068 km de Ushuaia!). Así que decidió seguir con lo suyo, que es la danza árabe.

1Amy me enseñó algunos pasos de bellydance y de folklore argentino. ¡Estuvimos ensayando hasta casi medianoche! Al día siguiente, que era sábado, me llevó con su pareja a caminar hasta la Laguna Esmeralda. Fue un paseo precioso entre montañas e incluso había un glaciar muy cerca! Lo único mlo fe la tura, una especie de musgo que absorbe el agua de la lluva y se hunde a tus pies. Aida y yo acabamos con barro hasta las rodillas y no podíamos parar de reír!

Mi taller de bollywood era el domingo y duraba 3 horas y media. Vimos una coreografía con pasos básicos a modo de introducción y otra más complicada. Vinieron algunas alumnas de Amy y otras chicas interesadas por la cultura y la danza india. Tuve hasta una peque que siguió sin problemas la coreografía y no paró de participar en clase. ¡Estaba entusiasmada! Le dije que la iba a fichar como asistente en clase 🙂

El taller fue muy divertido. Al terminar, una de las chicas se me acercó y dijo: «no sabes lo que es para nosotras poder aprender estas danzas aquí».  Por fin, ¡bollywood ha llegado al fin del mundo!

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Mar del Plata, o sentirme como en casa

taller_mardelplataPasamos por Mar del Plata en busca de sol y playa y nos encontramos con frío y lluvia. Aun así, no me importó para nada, ya que ha sido uno de los sitios donde mejor me he sentido en todo lo que llevamos de viaje. Fer, un chico que conocimos a través de Couchsurfing, nos alojó en una casa muy acogedora cerca de Güemes, una calle llena de tiendas, cafeterías y bares para tomar cerveza. Fer nos presentó a sus amigos, todos tan majos como él, y hasta nos invitó a la fiesta de cumpleaños de un compañero de su club de buceo. Nos hizo de guía turístico durante varios días y nos cocinó cosas muy ricas, ¡un lujo!

Bollywood_marde4lEn Mar del Plata di dos talleres. El primero fue para Dance and Act, la escuela de danza de Isabel Junco, profesora y bailarina de danza contemporánea. La escuela tiene una sala muy amplia y luminosa donde Isa y otras compañeras dan clases de aerodance, contemporáneo, latino, ritmos, etc. Isa me acogió con mucha confianza y me dejó toda la escuela para ensayar durante varios días. En mi taller, la clase estaba llena de chicas de varias edades (¡desde veintipocos hasta ochenta!) y la mayoría nunca había bailado ni visto bollywood. Aun así, ¡se entusiasmaron con la coreografía! Fue uno de los talleres más divertidos que he dado hasta ahora en Argentina, ya que las chicas le pusieron mucha actitud desde es primer momento y fueron muy participativas. ¡Enseñar así es muy fácil! Además, pude asistir, junto a mis compis de viaje, a una clase de aerotango (mezcla de aeróbic con tango), muy divertida.

El segundo taller que di en Mar del Plata fue para Guadalupe Placé y sus alumnas. Lo di en csa de una de ellas, Yanina, una apasionada de la cultura india que tenía un espacio precioso para bailar, decorado con telas y objetos de la India. El ambiente fue muy distinto al del día anterior, ya que estas chicas ya bailaban bollywood y les interesaba mucho todo lo que tuviera que ver con la historia, la religión y las tradiciones de la India. Fuimos 5 en total, así que estuvimos como en familia.

taller_mardelplata2Al terminar la clase, charlé con Guadalupe sobre danza y, una vez más, sobre la falta de profesores de danza india en Argentina. Ella era profesora de danza árabe hasta que un día vio por casualidad Lagaan y sus bailes y dijo: «¡yo quiero hacer eso!». Se formó en danza bollywood, bharatanatyam y kuchipudi, y empezó a enseñar bollywood porque sus alumnas se lo pedían. Ahora le encanta la danza india, aunque prefiere ir aprendiendo y enseñando paso a paso. Según ella, enseñando danza bollywood se da otro tipo de comunicación con las alumnas, ya que la profesora tiene que contarle las historias y sentimientos que transmite la danza. «Por eso les llega mucho más», afirma.

También pude hablar con Yanina, la alumna de Guadalupe que nos prestó su casa para el taller. Me contó que se pasa el día escuchando música india y está convencida de que bailar bollywood «es lo más bonito que te puede pasar». ¡Tiene razón!