Después de 5 meses de estar viajando continuamente a través de América Latina, de hacer la mochila cada pocos días, de no tener una dirección fija, etc., Aida, Almu, Ani y yo hemos decidido hacer un parón en el camino para colaborar en un proyecto solidario. Así que hace poco más de una semana, llegamos a Cuzco y comenzamos nuestro voluntariado con Cooperar Perú. Se trata de una ONG que trabaja con niños y niñas de Tankarpata, una comunidad a 30 minutos de la ciudad donde no llega de forma regular el agua corriente y viven familias con muy pocos recursos. En el pequeño centro de Cooperar Perú, los voluntarios y voluntarias realizamos refuerzo escolar y diferentes actividades como: arte, juegos educativos, manualidades, etc. Y, claro que sí, ¡baile!
Al pensar qué es lo mejor que podría aportar yo a estos peques lo tuve muy claro: ¡Bollywood! Así que todas hemos pensado un montón de actividades para mostrar a los peques en qué consiste este baile y para que, los que quieran, se animen a bailar.
Hoy nos tocaba la ardua tarea de explicar a los chicos y chicas qué es bollywood y para ello, hemos preparado un vídeo (con los pocos recursos que tenemos, así que perdonad los fallos técnicos!) con algunas de las canciones más representativas de los diferentes estilos de Bollywood. ¡Espero que os guste!
Y esta otra la segunda:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=t_HMviX7P04&w=420&h=315]
Después de ver el vídeo, ¡hemos empezado a bailar! Se han apuntado unas 9 niñas y 2 niños y hemos empezado a hacer los primeros pasos de la coreografía Desi Girl. Os seguiré contando cómo avanza nuestra idea! 🙂
Mañana dejo la Paz y no puedo evitar sentir un poco de tristeza. Llevo 7 días aquí, pero han sido tan intensos y he conocido gente tan increíble que parece que hayan sido semanas. Echando la vista atrás y pensando cómo escribir este post, me he dado cuenta de que es imposible resumir momentos tan bonitos en tan pocas líneas, así que tengo que limitarme a mencionar muy rápidamente algunas de las experiencias que he vivido en esta ciudad:
>>La ayuda de Vanessa Peña, su mamá y sus niñas: Vanessa es de La Paz pero vive en Madrid. En cuanto se enteró de que iba a visitar su ciudad, contactó con todos los grupos de danza india de allí para que vinieran a mis talleres y pudiera entrevistarles para mi investigación. ¡No sabéis lo mucho que me ayudó! He tenido la suerte de conocer a su mamá y a sus hijas, ya que vinieron a mis talleres y son un encanto. Las dos niñas bailan genial y les encanta Bollywood. Esta mañana, al salir del hostel para tomar un café, las he visto en la recepción. ¡Qué sorpresa me han dado! Querían despedirse de mí y nos han regalado una Pascualina riquísima. Desde aquí quiero agradecer a Vanessa y su familia por el apoyo que me han dado: ¡mil gracias!
>> César, Pamela y las Mash Allah: César Cusicanqui es amigo de Vanessa Peña y, desde que se enteró de que llegaba a la Paz, no ha dejado de ayudarme para que mis talleres y actividades fueran un éxito. Él fue quien tuvo la idea de que diera una charla y quien convocó a todos los grupos de la Paz y alrededores para que asistieran a ella. Además, me ha acompañado a todas partes y me ha hecho de guía de la ciudad, por más que diga que es malísimo orientándose! 🙂 Su hermana Pamela también es estupenda: sus dos hijas bailan bollywood desde hace tiempo y forman el dúo Mash Allah. Con ella estuve paseando por el mercado de la 16 de julio y me llevó a un puesto donde vendían miles de películas de Bollywood! Además, llevó a sus niñas a mis talleres y, al charlar con ellas y verlas bailar, me di cuenta de que realmente les apasiona la danza india. Se saben todas las canciones de memoria, crean sus propias coreografías, participan en festivales, concursos y shows de televisión, bailan también algo de danza clásica india… Estoy segura de que serán un fenómeno dentro de unos años. ¡No dejéis de bailar chicas! 🙂
>>Dil Deewana: Esta agrupación cultural me contactó a través de Facebook para pedirme un taller privado de Bollywood, y algo de bhangra y kathak. El martes y miércoles, hicimos los talleres en la es cuela Danzart y asistieron unas 15 personas. Ese día no podía imaginar que en realidad elgrupo estaba compuesto por 50 integrantes, de todas las edades y características. El domingo me invitaron a conocer su lugar de ensayo y fue muy bonito. Habían decorado la sala como si fuera un teatro de la India y se habían vestido todos con sus mejores galas de la India… ¡muy emocionante! Me dedicaron varios bailes, muy divertidos, y pude compartir experiencias con la mayoría de ellos. Se trata de una agrupación cultural de aficionados al cine Bollywood que un día decidió ponerse a bailar. Ahora crean sus propias coreografías, ensayan todas las semanas y participan en todo tipo de actividades relacionadas con la cultura india de forma desinteresada. “Somos una gran familia” fue la frase que más oí durante la tarde. ¡Gracias por invitarme!
>> Charla sobre “Teoría de la danza”: Desde que conocí a César le entusiasmó la idea de aprovechar que estaba en la Paz para unir a todos los grupos de danza india de la ciudad y alrededores en un encuentro. Además, me contó que, como muchos de estos grupos son autodidactas, les vendría muy bien una charla sobre teoría de la danza india. Dicho y hecho. Al cabo de unas horas, ya tenía listo el flyer de la charla, que sería el viernes por la tarde. Celebramos la charla en el Centro de Estudios Védicos y allí estaban la mayoría de representantes de los grupos de bollywood de la Paz. Hablé sobre el Natyashastra, las devadasi, las diferentes danzas clásicas de la india, su historia y evolución, los hastas, y, ¡cómo no! Sobre cómo fue el camino de la danza clásica a Bollywood. Los grupos mostraron mucho interés y tras la charla no paraban de hacerme preguntas. Nos quedamos allí un buen rato charlando. Espero haberles ayudado a entender y apreciar todavía más la riqueza de la danza india. Me han entrado muchas ganas de estudiar mucho más para poder ayudar a otros bailarines y bailarinas.
>> Carolina, Vanessa y Kinetik: Carolina fue la primera persona con la que hablé para organizar un taller en la Paz. Es bailarina de ballet y profesora de danza árabe y ritmos urbanos. Ella se encargó de toda la organización, la difusión del taller y los contactos con la TV. Le ayudaba Vanessa, compañera suya de danza clásica y secretaria de Kinetik, la escuela donde di el taller. Tanto Caro como Vane son majísimas y pude compartir con ellas varias comidas, paseos, muchas risas… Y, por supuesto, los talleres. Estuvieron en primera fila los dos días ¡y le pusieron muchas ganas! Tantas, que me han pedido la música y quieren seguir bailando bollywood y bhangra 🙂 Parece que se están enganchando, ¡yuju! Gracias por todo, chicas!
>>Talleres en Kintetik: Los talleres en Kinetik duraron sábado y domingo: por la mañana, para principiantes y por la tarde para bailarines. Al taller de la mañana vinieron varias niñas aficionadas a Bollywood que le pusieron mucho entusiasmo a cada paso. Al final de la clase bailaron la coreografía ellas solas y a mí se me caía la baba al verlas bailando tan felices! Por la tarde, la clase se llenó. Vinieron 20 personas: algunas integrantes de la academia de danzas de la India Aaja Nachle, aficionadas a la danza bollywood, y bailarinas de ballet y danza árabe. También vino Araxiel, compañero de Carolina y bailarín de Ballet, quien fue protagonista de nuestra coreografía jajaja En clase hubo muy buen ambiente y ganas de aprender, para algunas personas fue un descubrimiento ya que nunca habían bailado esta danza; para otras, que ya bailaban Bollywood desde hacía tiempo, supuso ver un nuevo estilo y nuevos pasos. Era el caso de Vivi, del grupo Aaja Nachle, con quien pude compartir una comida y que se emocionaba al contarnos que le encantaba poder hablar con personas que tuvieran su misma pasión, ya que para ella bailar lo es todo. El domingo, al acabar la clase, todos vinieron a hablarme, preguntarme cosas o despedirme. Cuando me di cuenta, habían pasado… ¡2 horas! Y seguía charlando con los alumnos, una pasada.
>> Cindy y su mamá: Conocí a Cindy y su madre en mi taller de Oruro. En cuanto hicimos un descanso, se acercaron a mí y me dijeron que habían venido de la Paz solo para ir a mi clase. Fanny, la madre de Cindy, conoce las películas de Bollywood desde que era joven y es una enamorada de la danza india. Tanto, que asegura que Cindy empezó a bailar desde antes de nacer. Tanto la madre como la hija son un encanto y pude compartir con ellas muy buenos momentos: aparte de tenerlas siempre en mis clases y en mi charla, visitamos el templo juntas, paseamos y nos llevaron a Ani, Aida y a mí a probar el Api con pastel. A Cindy le brillan los ojos cada vez que habla de “danza hindú”, es una de las chicas de la Paz con más experiencia en los escenarios y ya con 9 años daba sus primeras clases. Después de participar en varios grupos, ahora es una bailarina solista y colabora con el grupo de Oruro Indi World. Me encanta su interés, su entusiasmo y ganas de aprender y estoy segura de que dentro de unos años será una gran bailarina y profesora.
¡Llegó el momento de dejar la Paz! Solo espero volver a reencontrarme con la gente tan estupenda que he conocido muy pronto. Sea como sea, ¡estaremos en contacto!
Oruro es una de las ciudades más pequeñas de Bolivia. Está muy cerca de la Paz y se encuentra a una altura de 3.700 metros, que hacen que el clima sea muy frío y el viento helado. Llegamos un domingo y las calles estaban casi desiertas: solo encontramos algunos locutorios abiertos, puestos de comida en la calle y una iglesia con altavoces irradiando la misa a todo volumen. No sabía que estaba en uno de los lugares donde existen más grupos de bollywood (o danza hindú, como se dice aquí) de toda Bolivia.
Me esperaba una tarde movida, ya que mi taller era de 16 a 20 h. Lo organizaba Miguel Arzabe, profesor de salsa y director de la escuela Open Dance. Miguel se encargó de contactar con todos los grupos de bollywood de la ciudad para invitarles al taller, y organizó todo con mucha profesionalidad. ¡Así da gusto trabajar! Además, me llevó junto a su chica a probar comida típica de Bolivia y los dos me contaron un montón de cosas sobre la historia y las leyendas de Oruro. ¡Majísimos!
El taller fue muy divertido y participativo. Vinieron varios integrantes de dos grupos de danza bollywood de Oruro: Club Indi World y de Hamesha. Se notaba en el ambiente que todos los chicos y chicas bailaban bollywood desde hacía años, porque aprendían los pasos muy rápido y porque le ponían muchísimo entusiasmo a cada cosa que aprendían. Todo eran sonrisas, energía y aplausos. Además, era la primera vez que tenía en clase más chicos que chicas, ¡un momento histórico!
Después de aprender los diferentes estilos y coreografías en clase, pude hablar con los chicos de ambos grupos y me contaron sus historias. Lo que más me llamó la atención es que, a pesar de que todos llevaban bailando 4, 5 o 6 años, para la mayoría, era la primera clase de danza india a la que asistían. Y es que en Oruro no hay profesores de este estilo de baile. Así que estos chicos han tenido que aprender todo solos, a través de vídeos y, sobre todo, con mucho esfuerzo, horas de ensayo y muchas ganas! Si los veis bailar, nadie diría que nunca han recibido clases de danza!
Indi World nació hace 6 años, gracias al empeño de su director, Antonio Luizaga y de otros 7 chicos y chicas a quienes les encantaba la alegría de la danza india. Descubrieron Bollywood por casualidad, a través de la película Kabhie Kuchi Kabhie Gham. Empezaron sacando pasos de vídeos y Internet les abrió todo un mundo al descubrir el trabajo de grupos que bailaban “danza hindú” en EE.UU., la India, España, etc. Su ideología es el amor por el ritmo hindú, y su sueño es transmitir al público su alegría, contagiarle su energía. En el grupo, cada integrante tiene sus gustos en cuanto a bailarines y ritmos favoritos (desde Telugu hasta danza clásica), e incluso hay un chico que me contó que creció viendo las películas de Shah Rukh Khan y que eso le ha marcado en su forma de expresarse, relacionarse, etc. Hablan de compañerismo y autosuperación y se ríen al recordar lo mucho que les costaba bailar cuando empezaron 🙂
Hamesha es el grupo que formó Esdra Lafuente junto a sus padres, hermanos y otros amigos. Esdra creció escuchando música bollywood. A los 7 años vio Mother India y desde entonces se enganchó al cine de la India. Intercambiaba películas con sus amigas en el recreo y bailaba a todas horas. Empezó a ensayar, pero a su padre no le gustaba que saliera y bailara hasta el día que la vio bailar, que se puso a llorar. De pequeña tuvo problemas familiares, y me cuenta que se solucionaron gracias a la alegría de la danza india. “Cuando en mi casa nos aburrimos, ponemos música y nos ponemos a bailar. Así liberamos tensiones, es terapéutico!”, me cuenta. A Esdra lo que más le interesa de Bollywood, más allá de la técnica, es el mensaje que trasmiten las películas indias, que trata de expresar en sus bailes.
Esdra da clases como voluntaria a personas mayores y con discapacidad, y asegura que la música india es la que más les ayuda a soltarse y expresarse. En Hamesha, comparte los ensayos en la tienda de productos de la India que abrieron sus padres junto a sus hermanos y a otros bailarines como Richard, que ha estudiado danzaterapia y le interesa la danza india como instrumento para trabajar las emociones. Tuve la oportunidad de visitar su tienda y conocer a sus padres y pude comprobar lo mucho que aman la danza y la música de la India. Se pasan el día escuchando, cantando y bailando canciones bollywood. Bailan y hacen coreografías juntos. Y, lo mejor, me trataron como a una más de la familia.
Me voy de clase feliz por haber conocido tantas personas apasionadas por la danza india como yo, y pensando en el valor que tienen las personas autodidactas, que, gracias a las ganas que le ponen logran aprender solas con mucho esfuerzo y entusiasmo. Sinceramente, yo no sé si hubiera podido hacerlo. Vi los bailes de ambos grupos y me encantaron, y me hicieron pensar en los muchos bailarines y coreógrafos del cine de Mumbai que empezaron a bailar de forma autodidacta. ¡¡Bollywood también es para ellos!!
El taller de Cochabamba era el primero que me habían confirmado en Bolivia. Fernando Mirko, director de la escuela de salsa Abakúa, me invitó sin pensárselo a dar una clase en su espacio y, además, contactó con amigos de otras ciudades para organizarme toda una gira a través del país. Fernando es un apasionado de la salsa y se le iluminan los ojos cuando me habla de sus clases. No es de extrañar que, en el taller que organizó en su escuela, la mitad de los alumnos nunca habían bailado bollywood, ni danza clásica india, ni danza árabe, ni ballet, sino ¡salsa! ¿Es posible pasar de la salsa… a Bollywood?
La otra mitad de la clase estaba formada por personas que ya bailaban “danza hindú” desde hacía años y le echaron mucha energía, entusiasmo y buen rollo a la coreografía. Eso contagió a la mayoría del grupo y al final el taller fue de lo más divertido. Hicimos una coreografía en la que se enfrentaban chicos contra chicas y quedó genial, desde aquí felicito a los chic@s porque era la primera vez que veía la coreografía en pareja y quedó muy bonita! La mayoría de gente de salsa salió muy contenta.
Después de clase, pude charlar un rato con Eugenia y Maín. Eugenia me habló con mucha ilusión de la primera película hindi que vio, Kabhie Kukshi kabhie Gham, donde se enamoró de Shah Rukh. Ambos empezaron bailando danza india en una escuela, pero salieron para poder crear su propio grupo. Este año, han ganado el Concurso Nacional de Danza Hindú con un mix de coreografías de bollywood y kathak. ¡Todo de forma autodidacta! Ahora, por ejemplo, estaba practicando los alzados, buscando su equilibrio. Un grupo de La Paz les ha llamado para incorporarse y van a empezar a aprender sus coreografías a través de tutoriales. Se les veía ilusionados con el proyecto. Aunque su mayor sueño es “ir a la India y bailar en un teatro grande”, me cuentan. Acaba la clase y no paran de reír ensayando nuevos pasos. ¡Se nota que se lo pasan genial bailando!
Ximena también proviene de la misma escuela, aunque la dejó hace un tiempo. Ahora está creando un dúo con una amiga, que cree que se llamará Shakti, aunque todavía no lo tiene claro. Ximena fue la primera en llegar a clase y la única que me pidió apuntes, era muy curiosa y despierta. Me contó que, durante algunos meses, dejó la danza porque empezaba a verla como competencia, y que ahora está volviendo a disfrutarla y verle la gracia. Le gusta Bollywood y también la danza del cine Tamil. Para ella la danza india es muy especial “porque no es necesario decir palabras para expresar cosas, solo con el vestuario y con gestos la bailarina irradia sentimiento. Esta danza inspira, relaja, entras en otra dimensión. Es mi danza sin duda”. Hace unos días, Ximena me mandó un mail precioso agradeciéndome la clase y me contaba que ha decidido enseñar bollywood a personas con discapacidad y, quizás, iniciar una un estudio relacionado con esta danza. ¡No sabes la ilusión que me hizo tu mail Ximena, espero que te vayan genial tus proyectos! 🙂
En Cochabamba también conocí a Gaby Lana, directora de Rakhshanda Studio Dance Producciones y una enamorada del Kalbelia. Gaby me ayudó con la difusión de mi taller y me llevó a la escuela donde imparte clases para conocer a Britta, profesora también de danza árabe. Britta estudió en Argentina danza oriental y tuvo la posibilidad de aprender con Myrta Barbié danza clásica india. Me cuenta que es una enamorada de la danza clásica, aunque no opina lo mismo de Bollywood. “Para mí Bollywood es una danza muy bonita pero muy comercial. Detrás de ella no siento que haya una cultura milenaria que me habla como en kathak, por ejemplo”, me explica. Aun así, en su escuela tiene una profesora de Bollywood, Tereza, que no pude conocer porque estaba a punto de casarse, pero de quien todo el mundo me habló muy bien. ¡Espero conocerla en el próximo viaje!
Próximo destino: Oruro. Me voy de Cochabamba pensando que una de las mejores cosas de este viaje es tener la experiencia de enseñar a personas tan diferentes en lugares tan distintos. Después de este taller la respuesta es sí, aunque no tengan nada que ver, el camino de la salsa al Bollywood es más fácil de lo que creía!
Me encontré con Zaida en plena Plaza de Armas, el centro neurálgico de Santiago, una mañana de lunes. Me recibió sonriendo y lo primero que me contó es que ella es peruana, a pesar de llevar varios años viviendo en Chile. Quedé con ella para entrevistarla para mi investigación. Su historia me pareció muy interesante: ¿Cómo una profesora de Bollywood de Lima,uno de los lugares donde hay más fervor por la danza india en América Latina, adapta sus clases al público chileno? ¿En qué se diferencian los grupos de Bollywood de estos dos países? Tenía miles de preguntas que hacerle y al final estuvimos dos horas y media charlando. ¡La mañana paso volando!
Zaida me contó que, entre 2006 y 2009, Perú vivió un boom enorme del cine Bollywood. En Lima había varios cines que proyectaban pelis de la India y todo el mundo empezó a conocer los actores, las canciones, etc. «A mi mamá le gustaban mucho las películas de la India. Un día vio una publicidad que anunciaba una clase de danza Bollywood y se apuntó. Pero cuando vio que era para jóvenes, me pidió que fuera yo. Así descubrí la danza india», me explica.
Esas primeras clases de Bollywood en Lima eran muy peculiares. «Si la clase duraba 4 horas, las dos primeras estábamos solo los alumnos con una TV y el vídeo de la canción una película. Teníamos que verlo muchas veces y fijarnos muy bien en los pasos. Después venía la profesora y nos enseñaba la misma coreografía que habíamos visto», afirma. Al cabo de unos meses, la profesora de Zaida tuvo que dejar las clases y ella tomó su lugar. Con sus compañeros y compañeras de clase formó un grupo: Temptations Bollydance, con el que bailaba en el parque principal de Lima, ante un público entusiasmado. Pero su formación y su carrera cambiaron cuando conoció a Suka Deva, quien organizaba un musical en un templo Hare Krishna donde se iban a representar episodios del Ramayana y que incluída danza Bollywood. «Con Suka Deva aprendí técnica de Bollywood y algo de Bharatanatyam». Durante años, Zaida aprendió de Suka sobre estas dos disciplinas.
Cuando al cabo de unos años, Zaida se trasladó a Chile con su familia, pensaba que no iba a bailar más Bollywood. «Busqué escuelas donde yo pudiera aprender pero no encontré. Así que empecé a estudiar Bharatanatyam, danza árabe, Ballet, etc.» Sin embargo, en el 2010, participó en un evento solidario relacionado con el yoga en favor de las víctimas del terremoto que asoló Chile. Allí le surgió la oportunidad de dar clases regulares y así lo hizo. Más tarde, la Embajada de la India en Chile contactó con Zaida para invitarla a participar en un evento de Bhangra y allí aprendió esta danza folklórica. Desde entonces, no ha dejado de colaborar con la Embajada en diferentes actos oficiales y para la pequeña comunidad india que vive en Chile.
«Perú tiene una cultura muy parecida a la de la India. Los peruanos se sienten identificados con aspectos como la familia, que es muy importante tanto en la India como en Perú. Shahrukh Khan para las chilenas es demasiado cursi, en cambio para las peruanas es el chico ideal», me cuenta. El público y el alumnado en ambos países también son diferentes: «en Perú conocen los actores y las películas; en cambio en Chile in teresa más que nada el baile y la cultura india. Además, en Perú es normal que los chicos bailen, mientras que en Chile es muy complicado!», afirma.
El estilo de Bollywood favorito de Zaida es el clásico y su sueño es aprender Kathak. «Me gustan los giros, el zapateado, y que es un baile muy femenino», me dice. Además, Zaida admira mucho a Madhuri Dixit, actriz y bailarina de Kathak. Aun así, adapta sus clases a los gustos de sus alumnas. Por ejemplo, da clases a niñas de origen indio que viven en Santiago y ve que sus gustos han cambiado: «No les gustan los cholis y prefieren bailar canciones más modernas como Desi Boyz o Chikni Chameli», dice.
Como en Chile mucha gente no sabe qué es Bollywood y lo confunde con la danza árabe, Zaida organizó en 2012 un festival de danza india en Santiago, donde reunió a las diferentes bailarinas de danza india de la provincia. Fue todo un éxito y el público se quedó sin entradas.
Ahora, el sueño de Zaida es recibirse pronto (es decir, terminar la universidad) para poder viajar a la India a estudiar kathak. Y, quién sabe, quizás poder llegar a Bollywood y actuar y bailar en películas. «Ojalá!!», exclama.